¡Bienvenido al nuevo episodio de Ayuners! Tu espacio académico y de entretenimiento con todo lo que necesitas aprender para llevar un estilo de vida saludable. Estamos muy contentos de compartir la nueva edición con David Moreno donde discutirá ampliamente qué es el hambre y cómo puede ser de gran ayuda para mantener tu salud metabólica.
Con frecuencia se sataniza el hambre, o se percibe como un estado de carencia nutricional, lo que no es del todo correcto. ¿Sabes reconocer cuando realmente tu cuerpo necesita alimentos o cuando está exigiendo un incentivo por algún estímulo emocional? En este equilibrio radica el principal problema sobre la obesidad y los problemas metabólicos que se desprenden de ella. ¡Escuchemos un poco sobre ello!
¿Qué es el hambre?

El hambre es una señal o reflejo que tiene el cuerpo para motivar a nuestro cerebro a inducir un impulso para buscar alimento, es un reflejo primario que se considera responsable de nuestra evolución como especie. ¿Si no sintiéramos hambre nuestros antepasados habrían descubierto que pueden cazar? Probablemente no.
Es una respuesta natural ante la completa digestión de nuestros alimentos y la caída en picada de nuestro nivel energético, recordemos que una vez que los nutrientes son asimilados y convertidos en energía se utilizan para todos los procesos orgánicos.
¿Entonces cuál es el problema con el hambre? ¿Es mala? ¿Es malo sentir hambre? Esta sensación es momentánea, tal como lo dije anteriormente, es un reflejo, como una llamada de atención, más no es un grito de auxilio, sentir hambre no es indicativo de comer enseguida. Sobre todo cuando la sensación es despertada por los motivos equivocados.
¿Qué es el hambre emocional?
¿Alguna vez te ha pasado que has tenido un día larguísimo en la oficina y te marchas a casa pensando en que te mereces una cena copiosa por esa jornada laboral tan pesada? ¿O quizá tuviste una pequeña discusión con tu pareja que te ha hecho sentir triste y necesitas un gran pote de helado que compense la pena? Eso es exactamente hambre emocional.
El hambre emocional se activa para compensar algún estado anímico y generalmente viene acompañada de antojos nada saludables. Y una vez saciado el deseo puedes incluso no sentirte satisfecho y en el peor de los casos sentirte un poco enfermo. Como imaginarás el hambre emocional es quizá la puerta a muchos trastornos alimenticios. ¡Ten mucho cuidado!
¿Cómo diferenciarlas?

Muchas personas siguen un patrón de alimentación, por ejemplo, hay quienes comen 3 veces al día, mientras hay quienes ayunan y solo obtienen 2 comidas diarias. Independientemente de si hay restricción calórica o no, su cuerpo, especialmente tu estómago, se acostumbra a las horas específicas en las que obtiene alimento. Una buena forma de reconocerla es fijarte en las horas en la que aparece.
Luego de ello debes evaluar tu estado anímico, emociones fuertes como la ansiedad, la ira o la tristeza suelen despertar estos instintos por obtener glucosa. Si estás agitado y sientes hambre quizás debas considerar si responder ante el estímulo es saludable o no, de este modo estarías evitando una peligrosa dependencia a los alimentos.
¡Pero lo más importante! Presta atención a qué te apetece comer. El hambre verdadera ciertamente puede despertarse ante cualquier antojo, pero generalmente lo hace ante alimentos complejos, alimentos que nutren realmente, mientras que el hambre emocional siempre exige comida rica en carbohidratos y grasas trans, como chocolates o frituras.
Bien, el hambre puede ser una herramienta para prevenir y combatir los trastornos metabólicos pero ¿cómo? ¡Descúbrelo al escuchar el episodio número 33 de Ayuners completo! ¡Ayunízate y cambia tu vida!