¡Bienvenidos al noveno episodio de Ayuners! Para este episodio también voy a contar con el apoyo de mi socio y colega David Moreno y estaremos hablando un poco sobre la función intestinal. Te hablaremos de los problemas intestinales, pero también te daremos las soluciones de estos.
¿Por qué es importante hablar sobre la función intestinal y los problemas intestinales?
Pues bien, como hemos mencionado en el episodio n°5 dedicado al proceso digestivo, nosotros las personas no somos solo lo que comemos, no, también somos el proceso que empleamos correcta o erróneamente al comer.

O sea, las personas somos lo que comemos, somos lo que masticamos, somos lo que deglutimos, somos lo que asimilamos y finalmente lo que absorbemos. Y cada uno de estos procesos de la alimentación es de suma importancia para una nutrición adecuada e incluso un peso ideal,
Entonces ¿cómo funciona el intestino?
Por si no lo sabes, el intestino es un tubo muscular de más de 7 metros de distancia que se divide en secciones o apartamentos. Esto, porque cada uno cumple una función. En él no solo se moviliza la comida, sino que se absorbe. Es ahí donde su mucosa a través de su epitelio -que parece una especie de cepillo- arrastra los macro y micronutrientes de la dieta.
¡Pero eh! antes de llegar ahí pasa por el esófago cuya función es digerir el bolo alimenticio y llevarlo al estomago. Una vez ahí el estomago se encarga de formar el quimo. Este, es la mezcla de todos los alimentos ya triturados y cubiertos de ácido clorhídrico para pasarlo hasta el intestino donde será absorbido.
Estando en el intestino, el quimo es nuevamente degradado por la ayuda de otros órganos digestivos como el páncreas que segrega enzimas para la digestión, el hígado y la vesícula biliar que vierten bilis en el intestino delgado para absorber las grasas y las propias enzimas y sustancias secretadas por el intestino para el resto de la digestión.
Todas estas funciones que intervienen e influyen juegan un papel fundamental en la alimentación. Por ejemplo en el caso del ácido clorhídrico. No solo disuelve las comidas sino que su pH permite mantener la microbiota del estomago regulada, impide la proliferación de infecciones ya sean micóticas o bacterianas. Al mismo tiempo que es apta para el mantenimiento de la flora bacteriana propia del conducto digestivo.
¿Que tienen que ver las enzimas en este proceso?
Estas, son indispensables para el proceso de absorción. Cuando una persona padece algún problema hepático o vesicular es muy normal ver el impacto que presenta sobre el colesterol y triglicéridos, con su exponencial elevación.

El correcto funcionamiento del sistema digestivo como un engranaje es lo que permite que el resto del organismo reciba y conserve su materia prima, su combustible: los carbohidratos, proteínas y lípidos.
Cuando el proceso es adecuado todo funciona con normalidad y no hay ninguna alteración, el plan intestinal es óptimo, la asimilación de los alimentos se desarrolla correctamente y el organismo está bien nutrido.
¿Pero qué pasa cuando no es así? ¿Qué surge cuando hay un desequilibrio en alguno de estos procesos que mencionamos? Y ¿cómo podemos revertirlo? Acompáñanos para que entiendas de forma práctica y sencilla todo lo que ocurre en la alteración de la función intestinal.