La mayoría de los que están empezando a hacer ayuno intermitente, se hacen este tipo de preguntas. ¿Es malo o no tener hambre mientras se hace el ayuno? ¡Es entendible! ya que en toda nuestra vida nos han acostumbrado a comer inclusive aún sin sentir hambre.
La comida es para algunas personas un mecanismo para sentirse bien, para liberar estrés en procesos de ansiedad. Y es por ello que este tipo de personas seguramente comen sin hambre, y ¿que puede generar esto a nuestro cuerpo? Dependencia y apego a los alimentos, hambre emocional y otros trastornos alimenticios sin olvidar claro el sobrepeso.
¡El hambre es una alarma!
Entonces sí, el hambre es como una alarma que el cuerpo acciona para decirte que debes buscar alimento. Es un proceso completamente natural y que todos los seres vivos tenemos desarrollado. Esto, debido a que el hambre viene directamente como una respuesta conjunta entre el cerebro, el sistema digestivo y el sistema circulatorio, en donde están presente algunos factores químicos y por supuesto procesos metabólicos.
El nervio vago es el encargado de conectar el cerebro con los órganos de nuestro cuerpo. Por lo que -cuando tenemos hambre- este nervio es el encargado de mandar la información del sistema digestivo al cerebro para generar la acción.
Cuando tienes hambre algunos indicadores sanguíneos disminuyen como es el caso de la glucosa y los ácidos grasos, lo que despierta el instinto de comer para continuar con el equilibrio y el funcionamiento celular.
El tener hambre como se cree no es malo para nada. Ya que al tener la sensación de que tenemos que comer nuestro cuerpo va a trabajar para que eso ocurra. Y empiezan a suceder algunos procesos químicos y metabólicos que son beneficiosos sobre todo para la absorción de los nutrientes.

¿Cómo actúa nuestro cuerpo al tener hambre?
Nuestro sistema digestivo en presencia de apetito comienza a segregar mayor cantidad de ácido clorhídrico y gracias a esto se estimulan otros órganos como el hígado, páncreas y la vesícula biliar.
Por lo que todo este proceso que debe hacer el organismo para recibir el alimento es muy buena señal. Por un lado el cuerpo envía la señal del hambre y por otra el mismo organismo está preparando todo para recibir ese alimento.
Lo que pasa con el hambre es que es algo que prácticamente se nos inculca, una especie de patrón conductual donde aprendemos que debemos comer por lo menos 3 o 5 veces por día, haciendo que algunos protocolos como el ayuno intermitente que tiene muchos beneficios, parezca una locura.
En el ayuno intermitente prácticamente se come cuando el cuerpo así lo pide, esto quiere decir cuando se tiene verdaderamente hambre. A diferencia de la alimentación tradicional en donde muchas veces se come sin tener apetito y como vemos esto no es saludable. Comer no es cuestión de cantidad sino de calidad.
Puedes estar perfectamente nutrido comiendo menos veces al día pero mayor cantidad o mejor calidad. Así pues, junto al protocolo de ayuno se brinda a cada ayunante una capacitación en torno a alimentación natural y balanceada.
Si no lo crees, es necesario que conozcas algunos de los beneficios que trae comer cuando tenemos realmente hambre y como activa todos los procesos dentro del cuerpo.
Así te puede ayudar ayunar
Cuando estamos haciendo ayuno intermitente ya sea de 12/8, 16/8 o el de tu preferencia, planear las comidas es algo que apasiona y que siempre tendremos presente. Además que buscaremos las mejores opciones saludables y llenas de nutrientes. Y nada más hacer esta actividad nos mantiene motivados y ayuda en la cascada metabólica.
La ghrelina es una hormona que se conoce como “la hormona del hambre” ya que es la principal hormona que está presente durante los procesos de ayuno alargado. Al activar esta hormona también ayudamos al cuerpo con la secreción de insulina y es muy reconocida para regular el apetito.
El hambre es el mecanismo de defensa que tiene el cuerpo para sobrevivir. Y todo esto es reflejado en la gran cantidad de sensores que se activan por medio del sistema endocrino que ayudan al cuerpo en la regulación del apetito sobre todo en los humanos.

Cómo NO tener hambre
Espera, no tener hambre no es el punto. Con lo anteriormente dicho, no quiero decir que por tener hambre debes comer lo que sea a cada momento durante el ayuno. Ni mucho menos que rompas el mismo por comer alimentos sólidos. Sino que es un proceso fisiológico normal que tenemos que controlar y evitar que la comida sea el motor principal de nuestra vida.
El tener hambre permite mantenernos activos en todos los sentidos. Ya que tanto el cuerpo como el cerebro están buscando la manera de moverse para conseguir comida y así saciar el hambre. Lo que en tiempos de la prehistoria y todavía en la actualidad algunas comunidades realizan es la caza de su propio alimento.
No obstante es una sensación que llega y se va como una ola. Cuando sientes hambre tu cuerpo comprende la necesidad pero rápidamente se pone en marcha para suplir esta carencia a través de sus propios sustratos. Lo que significa que no siempre que tengas hambre necesitas intervenir.
Controla esa sensación de ANSIEDAD (no es precisamente hambre)
Para muchas personas comer cuando se tiene la sensación de tener hambre es mucho más placentero que cuando se come sin tenerla y así se disfrutan mejor los alimentos.
Puede pasar durante el ayuno intermitente que algunas personas sientan muy pocas ganas de comer, sobre todo cuando son personas que practican ayunos avanzados en donde tienen el poder de controlar la sensación del hambre por mucho más tiempo.
Si este no es tu caso, igual tienes que saber que sentir hambre no está mal. No importa que te digan todos, sobre cuántas veces al día debes comer para estar saludable. Con el ayuno intermitente ayudas a controlar el hambre y comes cuando realmente tu cuerpo así te lo pida.
Puedes sentirte libre de decidir cuándo y cuánto quieres comer y no ser esclavo de dietas o peor aún del exceso de comida que hace un daño mayor cuando no tenemos hambre. Pues nuestro cuerpo no está preparado para digerirlo y se acumula en grasa en vez de ser digerido correctamente y aportar nutrientes al cuerpo.
Entonces, el hambre es un reflejo fisiológico, algo que promueve el instinto de supervivencia y que no necesariamente implica una connotación negativa. Con el ayuno intermitente irás gradualmente controlandola y saciandote cuando tu organismo así lo necesite.
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