El ayuno intermitente en sus distintas presentaciones o facetas ha demostrado ser un excelente coadyuvante para los procesos patológicos. Es decir, influye positivamente durante el curso de una enfermedad. Le permite al cuerpo a través de distintos métodos recuperarse más rápidamente. ¿Conoces el impacto del ayuno intermitente en los procesos de salud y enfermedad? Continúa leyendo para que aprendas más sobre el tema.

Hasta ahora hemos hablado solo de cómo previene algunas enfermedades ya sean metabólicas o degenerativas. Pero ¿qué sucede cuando estamos enfermos durante nuestro proceso de ayuno? Ya sabes, muchas cosas pueden ocurrir como sufrir una gripe o cualquier otra infección.
Es interesante descubrir cómo responde el cuerpo de un ayunante. Con todos los cambios saludables que el ayuno supone, a los procesos de salud o enfermedad, por eso hablemos al respecto.
Hay un estudio de Mattson y col, donde los doctores demuestran en ensayos practicados en ratones como influye el ayuno intermitente, el ayuno periódico. También, como influye la alimentación con restricción de tiempo, sobre el proceso de recuperación de algunos procesos de enfermedad.
Todos estos protocolos han demostrado mejorías significativas en los distintos índices de salud. Incluso, han podido contrarrestar o detener los procesos propios de una amplia gama de enfermedades como la diabetes. También, enfermedades cardiovasculares como dislipidemias, ateroesclerosis, eventos cerebrovasculares, infartos, entre otros.
Asimismo, han revelado su influencia en la prevención del cáncer o en el estancamiento de su evolución. Como lo hace igualmente en enfermedades degenerativas como el parkinson, el alzheimer y la esclerosis múltiple.

¿Cómo logra el ayuno intermitente un impacto en el curso de todas estas enfermedades?
Si lo analizamos estamos hablando de un protocolo terapéutico invaluable para el control y la regulación de un gran número de enfermedades. Quizás por eso es que se están desarrollando tantos estudios en torno a este plan de alimentación.
Bien, el impacto del ayuno intermitente activa en el cuerpo una secuencia de procesos que permiten la apertura o agilización de las vías de señalización de respuestas al estrés celular.
Lo que quiere decir, que el ayuno moviliza e induce toda la producción enzimática necesaria para eliminar el estrés celular. También, para depurar las células de desechos metabólicos que ralenticen todas sus funciones. O que incluso, en un escenario peor, sean capaz de acumularse y terminar produciendo enfermedades como el cáncer.
Esta activación de las vías o rutas metabólicas influyen en la biogénesis mitocondrial. Esta es esa formación nueva de los organelos encargados de la energía celular. Así que los procesos de síntesis, asimilación y degradación que se realicen a nivel celular contarían con mayor combustible disponible para un funcionamiento más optimo.
Asimismo se repara el ADN, y ocurre todo un recambio de células por medio de la autofagia. La autofagia es capaz de generarse a partir de protocolos de ayunos intermitente. Sin embargo, también es capaz con ayunos periódicos o alimentación con restricción de tiempo.
¿Cómo actúa la Autofagia?
Esta promueve la regeneración de células madres. Es la forma en la que detiene el progreso de enfermedades crónicas al igual que de enfermedades agudas. En el caso de las infecciosas por medio del ayuno, las células del sistema inmune no solo se encuentran las energéticas sino también más nuevas y sensibles.
De modo que todos estos estudios que se han realizado en animales de laboratorio y que han ido progresivamente calando en el sistema de salud, han permitido confirmar que el ayuno intermitente es necesario para mejorar el estado de salud de las personas. Asimismo para combatir todas las enfermedades típicas de la vejez.
Se conoce al ayuno intermitente como un aliado para rejuvenecer las células y el organismo de las personas.

Un cuerpo joven es mucho más resistente al curso de cualquier enfermedad. Un sistema optimo y potenciado por procesos naturales como aquellos, se activan durante el ayuno como la cetosis. También, con la regulación de la insulina y de glucemia, confieren un mejor pronóstico para la recuperación de las personas.
¿Qué estás esperando para empezar con el ayuno intermitente?
Más allá de una cuestión de estética estamos hablando de salud. Salud pura, un estado estable entre el cuerpo, la mente y el entorno.
Por eso puedes adoptar tu plan de 12 horas de ayuno. Asimismo, puedes avanzar hasta las 16 o 18 horas con periodo de ingesta de 6 u 8 horas de manera sostenida. Adoptalo como un hábito nuevo al que te adaptas por todos sus beneficios. A su vez, es importante practicarlo periódicamente por 21 días o más.
Incluso la alimentación con restricción de tiempo que simula los efectos del ayuno es una gran opción. Sobre todo, cuando deseas compensar el cuerpo con sus funciones. No dudes en experimentar y comprobar por ti mismo todos los beneficios y el impacto que te confiere el ayuno intermitente.