Hay mucha evidencia científica que asegura que tener un reposo digestivo durante 6 o más horas, es conveniente para mejorar la salud. Además, ayuda a ralentizar el envejecimiento y prevenir muchas enfermedades metabólicas, degenerativas y crónicas. ¿Pero en qué se basan para afirmar esta teoría? ¡Vamos a descubrir los efectos y beneficios del ayuno intermitente a continuación!
El ayuno intermitente se ha posicionado como un protocolo novedoso –aunque francamente es tan viejo como la humanidad misma–. Las comunidades científicas de distintos gremios médicos, realizan constantemente ensayos aleatorios en personas con diferentes perfiles. Esto para reseñar el comportamiento metabólico del organismos durante los periodos de abstinencia alimentaria. La conclusión de todos es un impacto saludable en cada uno de los sistemas corporales.

¿Por qué el ayuno ayuda a mantener la salud?
La creencia popular es que mientras más comes más sano estás, más fuerte y más lleno de energía. Pero eso no es cierto. La cantidad nunca ha sido importante entorno a la alimentación, sino la calidad de las comidas.
Ayunar confiere muchos beneficios metabólicos. En primer lugar, da un descanso, un periodo en el que todas las células se regeneran, se desinflaman y depuran de los materiales de desechos que pueden impedir su correcto funcionamiento.
De modo que con cada célula optimizada, los tejidos se mantienen más eficiente, los aparatos y sistemas se encuentran en todas sus facultades y el cuerpo reacciona mejor a sus tareas. Es por eso, que vemos que mejoran las afecciones del sistema cardiovascular después de un protocolo de ayuno. También, vemos como se equilibran o regulan los trastornos metabólicos, y como eso muchos más.
El ayuno intermitente activa mecanismos compensadores que normalmente no utilizamos, pero que son de vital importancia, por ejemplo, la autofagia. ¿Sabías que el cuerpo es capaz de regenerarse a partir de su misma materia? Es un tipo de alimentación selectiva, en el que solo sobreviven las células más aptas, reforzando y fortaleciendo la composición corporal. Este mecanismo es quizá uno de los más estudiados por la ciencia ya que obtuvo incluso un premio Nobel.
En cuanto al envejecimiento ¿Cómo interviene el ayuno intermitente?
Hay premisas que aseguran que el envejecimiento no tiene nada que ver con el paso del tiempo, no se envejece con los años, sino con la pérdida de funcionamiento vital. Por ejemplo, las células de una persona de 20 años no actúan igual que las células de una persona de 60 ¿pero por qué? ¿Por la edad? No, quizá por la menor exposición a un estilo de vida perjudicial.
Estudios científicos comprobaron en personas de la cuarta y sexta década de la vida que tras un plan de ayuno intermitente por 3 semanas, un hombre de contextura normal y de la mediana edad, era capaz de obtener diversos efectos y beneficios. Tales como, el metabolismo de un adolescente, siempre que permitiera a sus células el descanso necesario y la activación de una flexibilidad metabólica que le permitiera obtener energía de fuentes no glucídicas.
El ayuno renovó todos los tejidos, de acuerdo al estudio mencionado, en las personas que componían la muestra. Su forma de reaccionar ante los estímulos corporales era más eficiente y descendieron significativamente algunos indicadores biológicos. Como por ejemplo, los niveles de glucemia, insulina, presión arterial, colesterol, células inflamatorias, entre otras.
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La protección que confiere el ayuno intermitente
Con el ayuno intermitente se ha podido descubrir diversos beneficios como una cardioprotección, neuroprotección, gastroprotección e incluso hepatoprotección. Porque sí, el ayuno intermitente actúa y tiene efectos sobre todos estos sistemas.
A través de todos sus mecanismos, se ha descubierto cómo el impulso nervioso viaja con mayor rapidez promoviendo un estado cognitivo más agudo. También como descienden los niveles de presión arterial en pacientes cardiópatas, como la depuración sanguínea es más eficaz. Como se suscita el recambio de la flora bacteriana comensal, como se optimiza el sistema inmunológico.
Con todas estas reacciones, claramente positivas, es como el ayuno intermitente permite llevar una vida mucho más saludable, de calidad, y a la vez, rompe todos los paradigmas que se basan en una dieta de exceso. El cuerpo es capaz de mantenerse por sí mismo, de curarse y cuidarse. Solo hay que brindarle las herramientas necesarias, en este caso reposo, para que lo pueda hacer.
El ayuno intermitente desencadena una intervención energética, cambiando la obtención de energía de la glucosa a las grasas o sus componentes cetónicos. Lo que conlleva a una mejor respuesta al estrés, favorece la longevidad y disminuye la incidencia de enfermedades de toda índole. ¡Todo esto solo por unas horas sin comer!