Hay muchas frases que se repiten tan a menudo que al final las tomas como una verdad absoluta. Sin preocuparte mucho por indagar sobre el origen de esta afirmación y si en realidad es como dicen. Seguramente habrás escuchado que “el desayuno es la comida más importante” y por eso debes comer como un rey. Sin embargo, más adelante vas a conocer qué tan cierto es eso de que el desayunar es la comida más importante.
Nuestros ancestros probablemente no desayunaban, porque anteriormente tenían que buscar la comida de la naturaleza y cazar. Así que podemos comentarte que el desayuno es una invención moderna. ¿Sabes qué significa la palabra “desayunar”? Es terminar con el ayuno, así de sencillo.
¿Desayuna como un rey?
Hasta hace algún tiempo nos bombardeaban con insistencias de que no hay que saltarse el desayuno y que incluso es mejor si desayunas como un rey –en gran cantidad– porque así puedes reducir el apetito durante el resto del día. ¡Error!
A pesar de que hay estudios que afirman lo anteriormente mencionado, hay algunos otros más recientes –como el desarrollado por la Universidad de Monash– que ponen en duda que es obligatorio desayunar. Porque ayude a perder peso o reducir tu hambre en el almuerzo.
“El desayuno es la comida más importante del día”
Esta idea está basada en que por la noche pasas muchas horas sin comer y tu cuerpo se abastece de la reserva de energía para seguir funcionando. Así que para reponer esta energía, la lógica sería que se debe comer apenas te levantes.
A manera general, se aconseja un desayuno equilibrado, pero tampoco significa que el desayuno sea la comida más importante. Por ejemplo, si has comido una cena sustanciosa y a la mañana siguiente no tienes hambre, no comas. Luego puedes tomar un café, té o jugos verdes si eso quieres.
A menudo, ves la afirmación de que no desayunar engorda. Algo que se ha mantenido gracias a diversos estudios realizados donde un porcentaje de personas con sobrepeso no desayunan.
No obstante, estas estadísticas solo toman en cuenta que una persona “no desayuna y aumenta de peso”, pero no consideran otros factores que pueden influir en ese aumento.
Por ejemplo, que la persona ya sea obesa y no desayune para evitar ganar más peso corporal. También hay casos en los que la persona cree que es bueno no hacerlo para adelgazar pero sus hábitos alimenticios no son saludables. Esto obviamente influye en el incremento de peso, y no es precisamente por dejar de desayunar.

Beneficios de no desayunar
El desayuno es como cualquier otra comida del día, no es más importante ni menos importante, es solo parte de un hábito alimenticio. Así pues, cuando nos referimos a si es bueno no desayunar, nos enfocamos en un estilo de alimentación llamado ayuno intermitente.
Por las mañanas, tu cuerpo utiliza sus reservas energéticas gracias a la hormona cortisol, que ayuda a quemar grasas y azucares almacenados en tu cuerpo para generar energía.
Por medio del ayuno intermitente comes, ayunas y vuelves a comer. No es considerado una dieta, sino una manera de organizar tus comidas. Generalmente se empieza con 6-8 horas de ayuno que logras sin problema mientras duermes por la noche, al avanzar, tendrás que evitar comer hasta el almuerzo.
En estas horas de ayuno puedes tomar jugos verdes u otras bebidas acalóricas. Así tu cuerpo seguirá trabajando con sus reservas de energía y –si combinas esto con una alimentación saludable y ejercicio físico– podrá contribuir a que bajes de peso.
Entre los beneficios de no desayunar se encuentran:
- Puede ayudar a quemar grasa (si lo combinas con ejercicio y alimentación sana).
- Incrementa la flexibilización metabólica, es decir, ser capaz de desempeñarte bien aunque haya ausencia de comidas.
- Es una buena estrategia para tratar la diabetes porque mejora la sensibilidad a la insulina.
- Mejora la capacidad aeróbica.
- Mejora tu capacidad de interpretar señales como hambre y saciedad.
Desayunar, ¿sí o no?
Como sucede mayormente, aquí lo importante es que individualices. Es decir, pregúntate cuáles son tus necesidades, tus características fisiológicas o a qué hora te vendría bien un desayuno. Hay muchos factores que van a ayudarte a encontrar la respuesta a esto.
No hay una respuesta absoluta como “es mejor no desayunar” o “no puedes saltarte el desayuno”, sino que depende de otros factores como la individualización y el tipo de desayuno o el tipo de alimentos que sueles consumir.
Individualización
Parte de lo que influye en tu respuesta a si vas a desayunar o no, es tu edad, las actividades físicas diarias y la condición de tu metabolismo.
Un niño necesita un aporte constante de los sustratos energéticos, proteínas e hidratos que le den la base necesaria para su crecimiento. Lo que significa que es importante que un niño desayune para que tenga todo este aporte.
Por otro lado, siendo un adulto ya formado y constituido, debes tomar en cuenta en qué estado está tu salud. Si tienes exceso de peso, cómo es tu combustión corporal y si tienes una exigencia física durante la mañana o estás sentado/a en una oficina todas esas horas sin moverte.
Todas esas cosas son importantes al momento de decidir si tienes que desayunar o no. Así como cuántas horas transcurren desde que te levantas hasta que ya es la hora de almorzar. Igualmente considera cómo está tu metabolismo y su capacidad de seguir funcionando con la reserva de energía.
Algunas personas tienden a sufrir de dolores de cabeza, mareos, falta de concentración o niveles bajos de glucosa cuando no desayunan. Pero esto no es por no desayunar, sino que puede ser una señal de la salud deteriorada de tu metabolismo.
Cuando no desayunas y empiezas a tener estos malestares, lo más probable es que no tengas hábitos alimenticios saludables. Cuando presentas cierta resistencia a la insulina tienes la necesidad de comer alimentos ricos en carbohidratos y cuya energía se termina en poco tiempo, lo que causaría los síntomas antes mencionados.

Tipo de alimentos permitidos
Es muy diferente un desayuno convencional que usualmente contiene un vaso de leche y tostadas, cereales y zumos procesados o hot cakes, a otro desayuno con alimentos reales y que no promueve picos altos de glucosa.
En su lugar puedes comer huevos revueltos, aguacate y nueces, ya que es un desayuno proteico con grasa que tiene un nivel de saciedad más alto y que te va a ayudar a pasar la mañana sin altibajos en azucares que producen otros tipos de desayunos procesados.
Algo importante y posiblemente determinante al momento de decidirte por tomar un desayuno, es que te detengas a pensar en si estás desayunando porque tienes hambre o porque “debes” hacerlo. ¿Te despiertas con hambre? ¿Tu cuerpo lo está pidiendo?
Previamente te mencionamos que también depende de la cena que hayas hecho, si tu cuerpo ha llenado los almacenes de energía y te levantas sin hambre, no desayunes. Espera a que tengas hambre para comer, a pesar de que el concepto del hambre actualmente se tenga como un tabú. El hambre es simplemente la preparación de tu cuerpo para recibir alimentos.
El tema con el hambre es que hay que saber controlarla emocionalmente y gestionarla bien. Entonces, si no tienes hambre por la mañana, escucha a tu cuerpo un poco más y espera a que te pida alimentos.
Si no tienes hambre o te quieres saltar el desayuno en tu plan de ayuno intermitente, consume líquidos como café sin azúcar, infusiones, agua o té. En el caso de que vayas a desayunar, evita azucares refinados y cereales que se descomponen en azúcar rápidamente pero no mantienen la sensación de saciedad ni energía en tu cuerpo.
No te dejes influenciar por lo que diga la gente sobre no desayunar, hoy en día los problemas de salud están más asociados con los excesos que con las carencias. Así que individualiza tu situación, si vas a desayunar alimentos procesados es mejor no desayunar, porque influirá negativamente en tu salud.
Escucha a tu cuerpo, toma en cuenta tu actividad del día y en qué fase de tu vida estás para determinar si es necesario que desayunes o no. Sobre todo, considera si tienes hambre o te sientes saciado/a. Allí tendrás tu respuesta a si necesitas desayunar o no.