¿Es cierto que el colesterol es dañino para el cuerpo? ¿De dónde salió esa teoría? ¿Qué puedo hacer para controlar el colesterol? Posiblemente, estas son algunas de las dudas que tienes con respecto a este tema porque hay mucha información que afirma que tener el colesterol alto es malo. ¿Será eso cierto? ¡Quédate y descubre cómo tratar el colesterol!
Primero, necesitas saber que sin el colesterol tu cuerpo no puede funcionar. Sí, el colesterol es una sustancia adiposa que tu cuerpo necesita para vivir y funcionar bien. Es parte fundamental de tu cerebro, tu sistema nervioso y es necesario para la formación de las hormonas sexuales y tiroideas.
Asimismo, es importante porque es quien crea una capa que cubre tus células, para que estas funcionen correctamente y puedan comunicarse con otras células de tu organismo.
¿De dónde sale el colesterol?
Así como puedes absorber colesterol mediante la dieta, tu cuerpo –el hígado específicamente– puede fabricarlo. Aquí, es necesario que pienses en algo: como bien sabes, la evolución es un proceso por el que un ser vivo cambia para librarse de las características que afecten su supervivencia.
Por consiguiente, si incluso los humanos hemos evolucionado a lo largo de millones de años, ¿por qué nuestro hígado sigue fabricando estos tipos de colesterol que se consideran “bueno” y “malo”? Lo más lógico es que ambos –colesterol bueno y malo– tienen una función importante en nuestro organismo.
Tipos de colesterol
El colesterol no se disuelve en la sangre, sino que es transportado por medio de las lipoproteínas. Según las lipoproteínas que los estén transportando, es que se les atribuye el nombre de “colesterol bueno” o “colesterol malo”.
El colesterol bueno
También conocido como HDL por lipoproteínas de alta densidad. Son las que recogen el colesterol de las distintas áreas de tu cuerpo. Para transportarlo al hígado y luego sea eliminado por la bilis.
El colesterol malo o “LDL”
Lipoproteínas de baja densidad, son las que transportan el colesterol desde el hígado hasta las otras partes de tu cuerpo.
Generalmente, se recomienda bajar los niveles de LDL y subir el HDL para reducir el riesgo de enfermedades en el corazón. Pero el LDL a su vez tiene dos subtipos que son denominados “patrón A” y “patrón B”.
El patrón A: son las partículas “grandes” que son muy buenas para tu organismo. Mientras que el patrón B: son las partículas diminutas que son muy oxidables y las que pueden crear problemas en tu organismo.
No hay evidencia científica sólida que indique que reducir las grasas influye directamente en padecer de enfermedades cardiovasculares. Lo contrario a los muchos estudios que demuestran que hay otros factores que determinan el desarrollo de estas enfermedades, como dietas altas en carbohidratos y azúcares.
Estas dietas, aumentan los niveles de triglicéridos –otra sustancia grasa que como el colesterol se transporta mediante proteínas– que son los responsables de que baje el HDL y suba el LDL. Igualmente, las dietas con altas concentraciones de grasas refinadas y azúcares son las que elevan los niveles de estas sustancias.
¿Cómo tratar el colesterol?
Antes, te mencionamos que el colesterol es vital para que tu cuerpo funcione. Pues se transforma en vitamina D, en ácidos biliares para la digestión y hormonas sexuales. Cuando te dicen que bajes sus niveles lo mayor posible, es peligroso porque también es necesario para fabricar neuronas.
Saber que tienes niveles altos de LDL, no te informa realmente sobre tu condición. Además, es necesario que sepas qué cantidad de ese nivel de LDL, contiene las partículas grandes y esponjosas (patrón A) y las partículas densas y pequeñas (patrón B, dañino).
Una de las razones que más contribuyen a la formación de las LDL de patrón B, es el consumo en grandes cantidades de cereales, azúcares y harinas refinadas, así que es algo que debes evitar en gran medida. Por ejemplo, el jarabe de maíz tiene niveles muy altos en fructosa y genera el aumento de triglicéridos y LDL pequeñas (patrón B).
Otro de los aspectos para tratar el colesterol no es eliminar las grasas, sino que en este caso se toma la popular frase “es mejor calidad que cantidad” porque es más importante el tipo de grasas que consumes.
Las grasas trans, hidrogenadas o aceites refinados ricos en omega 6, contribuyen a que tu cuerpo genere más inflamación en tu organismo. Un aspecto clave para determinar tu salud cardiovascular.
Estas grasas no saludables o grasas trans las encuentras en productos de bollería industrial o aceites refinados. En cambio, si consumes las grasas saludables como alimentos ricos en omega 3 o grasas insaturadas que encuentras en el aceite de oliva, frutos secos o pescado, tu salud estará nutrida y con niveles adecuados de colesterol.
Para tratar el colesterol, es importante que en tu dieta incluyas alimentos como el aguacate, cereales integrales, frutos secos, legumbres, verduras de hoja verde y alimentos ricos en omega 3. Asimismo, ejercitarte unas tres horas y media a la semana.
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La verdadera causa de enfermedades cardiovasculares
La causa principal de las enfermedades cardíacas, es la inflamación, pero no la inflamación aguda que puedes ver y sentir luego de que te golpeas con algo, sino, la inflamación crónica que pasa desapercibida y es algo que destaca en trastornos degenerativos, cardiopatías o enfermedades crónicas del aparato respiratorio.
Esta inflamación crónica se forma a partir de lo que se conoce como oxidación o estrés oxidativo. De hecho, la oxidación, inflamación, azúcares y estrés son considerados como los cuatro jinetes del envejecimiento.
Oxidación
El colesterol no es dañino a menos que se oxide, y si recuerdas lo que mencionamos en los tipos de colesterol, es el LDL de patrón B el que es más propenso a oxidarse.
¿Cómo se oxidan? A causa de radicales libres que tu cuerpo produce cuando uno de estos está desparejado y se une a electrones estables. Cuando esto sucede crea daños al ADN y las células. Los radicales libres también se encuentran en ciertos alimentos, contaminación del medioambiente, estrés, sedentarismo, entre otros.
Cuando hay un aumento de radicales libres, estos estrechan los vasos sanguíneos y afectan las paredes arteriales. Estas paredes arteriales están compuestas por músculos elásticos y dinámicos y en las que su capa más interior –llamada endotelio– se ve afectada y empieza el daño.
Inflamación
Las LDL transportan colesterol a las células que lo necesitan pero cuando hay oxidación en las LDL de patrón B –que son tan pequeñas como para adentrarse en las paredes arteriales–, se adhieren al endotelio.
Cuando tu cuerpo detecta este LDL dañino, intenta reparar el daño enviando monocitos que liberan citocinas. Sin embargo, la mayoría de estas citocinas son inflamatorias. Por lo que el endotelio secreta moléculas para adherirse a los monocitos que intentan reparar el daño.
En este punto los monocitos se convierten en macrófagos para “comerse” las LDL oxidadas o dañadas. Si la inflamación no se controla, los macrófagos siguen comiendo hasta que revientan. Esto ocaciona que tu cuerpo intenta contenerlo construyendo cicatrices o placas que a la larga causan el taponamiento de la arteria y produce el infarto.

Conoce sobre la teoría del colesterol siendo el villano
En los años 60, se publicó un estudio del doctor Ancel Keys donde afirmaba que consumir alimentos ricos en grasas lesionaba las arterias del cuerpo. Lo que lo llevó a esta hipótesis fue un estudio realizado a partir de estadísticas de países, donde se indicaba que había mayor posibilidad de enfermedades cardiovasculares por su alto consumo en grasas.
Sin embargo, esta teoría estuvo en tela de juicio debido a algunas incongruencias en las estadísticas tomadas. Por ejemplo, a pesar de que había 2 países con un consumo alto en grasas. En uno de ellos, la tasa de mortalidad no estaba asociada a los problemas cardiovasculares.
No obstante, la teoría de Keys siguió contando con apoyo sólido y entre los años 60 – 70. Ya que se consideraba a las grasas como las responsables de las enfermedades cardiovasculares.
A partir de muchos cambios y demostraciones científicas que han sucedido, se demostró que entre el año 2000 y 2006, el 75% de los pacientes con afecciones cardiovasculares tenían un nivel normal de LDL y más del 17% tenía niveles óptimos de LDL.
Independientemente de si te interesaba saber la verdadera causa de las enfermedades cardiovasculares o únicamente cómo tratar el colesterol. Ya tienes la información necesaria para hacer cambios en tus hábitos alimenticios y contar con niveles estables de esta sustancia. ¿Ya conocías cómo tratar el colesterol?